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Feb, 2019
Estrategia preventiva para el uso de las TIC en el trabajo
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Las nuevas tecnologías de la información (TIC) aplicadas a la actividad laboral han sido, son y serán ampliamente estudiadas por los prevencioncitas, investigando y analizando su repercusión en los trabajadores. Las TIC han generado nuevas condiciones de trabajo, aportando luces y sus sombras como analizaremos ahora, ya que afectan a nivel físico, donde vemos como aumenta el sedentarismo, surgen trastornos oculares, posturales, dolencias musculo esqueléticas… y a nivel psicosocial con los llamados tecnoestresores, pudiendo generar estrés, ansiedad, fatiga, insatisfacción…
La aportación positiva de las TIC, asociada a la actividad laboral es amplia, destacando entre las más relevantes las siguientes: En primer lugar, facilitan la flexibilidad horaria y conciliación laboral, al permitir trabajar en cualquier momento y lugar. Incidiendo también en un menor absentismo, al permitir mayor autonomía al trabajador; otro aspecto positivo es que nos permiten tener un acceso muy amplio y rápido a información actualizada, pudiendo compartir esa información y conocimientos a tiempo real o en diferido, siendo en general fácil y rápido de hacer; optimizando los tiempos de trabajo. También encontramos que facilitan el acceso a personas con diversidad funcional al mundo laboral, y acercándolo también a quienes viven en las zonas rurales, que de otra forma, tanto a unos como a otros, les sería muy difícil acceder a ciertas actividades laborales; Por último destacar que disminuye la probabilidad de riesgo de accidente in itinere, así como se reducen los gastos tanto para el trabajador como para el empresario.
Curiosamente observamos que algunas de estas luces que analizamos como ventajas de las TIC pueden tornarse en sombras. Así por ejemplo, la conectividad permanente, con horarios sin límites, que a veces no se es capaz de “desconectar” ni mental, ni físicamente, provoca que se alteren nuestros hábitos y se vea afectado el tándem necesario vida-trabajo; por otro lado, al tener acceso tan rápido a la información, hace ¨acostumbrarse¨ a la inmediatez de la respuesta, tanto de la que damos como de la que recibimos, generando en el trabajador cierto estado de alerta para recibir/enviar correos, mensajes, tuits … Se crea una dependencia y sobrecarga informativa, que genera ansiedad, estrés, insatisfacción, cansancio mental y cognitivo, inseguridad...; Por ultimo comentar, que a algunas personas, que trabajan a distancia, al no tener contacto directo con compañeros de trabajo o superiores, sienten cierto aislamiento, falta de apoyo o integración en la organización, afectando en el bienestar psicológico, y repercutiendo de forma directa en la calidad de la comunicación, que en ocasiones puede ser percibida por ambas partes como algo fría, con falta de empatía, y derivando en algunos casos a malos entendidos.
En resumen, podemos llegar a la conclusión que lo importante es encontrar un equilibrio entre lo que nos aportan las TIC respecto a la flexibilidad y conciliación laboral, las nuevas formas de organizar el trabajo y la seguridad y salud del trabajador, y para ello tendremos que implementar ciertas estrategias.
Las estrategias preventivas que nos ayudarán a encontrar este equilibrio las encontramos tanto a nivel organizacional como a nivel del trabajador.
Un buen diseño del trabajo, teniendo en cuenta los objetivos a alcanzar, y los posibles imprevistos, atendiendo así mismo la comunicación en la empresa, generando una comunicación activa y realizando supervisiones de la actividad que se realiza; Desarrollando una cultura del trabajo a distancia, y cuidando no utilizar aquella practicas que sabemos producen problemas de ansiedad, fatiga y estrés como son las respuestas inmediatas al e-mail, seguimiento excesivo, desconfianza en el trabajador…; Y todo esto pasa por hacer partícipe y formar al trabajador en las TIC, detectando sus necesidades formativas, ajustando la forma de ayudar al trabajador a desarrollar sus habilidades y facilitando el acceso a dispositivos, y software implantados en la empresa.
Es fundamental concienciar del buen uso del trabajo a distancia, buenas prácticas para combinar trabajo y vida privada. Fomentar el apoyo social, la comunicación y mitigar así la sensación de aislamiento, favoreciendo la realización de reuniones, consultas o entrevistas por videoconferencias, generar y fomentar el uso de foros internos.
A nivel individual, se observa como ciertos factores internos de cada persona, pueden favorece o perjudicar el desarrollo de su actividad e interacción con el entorno, me refiero a las competencias emocionales, o lo que conocemos también como “inteligencia emocional”. Podemos resumirlas en cinco competencias básicas. Tres hacen referencia a competencias intrapersonales, son el autoconocimiento, la autorregulación, y la automotivación y dos que atienden las competencias que llamamos interpersonales, estas son, la empatía y las habilidades sociales.
El entrenamiento en el desarrollo de estas competencias emocionales básicas sin duda favorecerán el equilibrio buscado entre los aspectos positivos y negativos de las TIC, y este entrenamiento constituirá una buena inversión para el bienestar futuro de la empresa y de sus trabajadores.
Carmen Panadero
Europreven
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