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Este fin de semana me acerqué a un restaurante a comer a medio día, y cuando me asignaron una mesa, me di cuenta que no podría conversar con mi acompañante debido al bullicio existente en el local, me levanté y fui a buscar otro restaurante. Esto me hace pensar en el efecto que tiene este tipo de ruido para los trabajadores.

Sabemos que el ruido a niveles elevados produce en los trabajadores hipoacusia o sordera profesional, pero por debajo de esos niveles no existen daños físicos, o al menos relacionados con el oído del trabajador.

Hay trabajadores de bares, restaurantes, tiendas, peluquerías, etc.., que soportan día a día niveles de ruido elevados, que sin llegar a ser peligrosos, sí que producen efectos nocivos para los trabajadores, como Irritabilidad, trastornos nerviosos, dificultades digestivas provocadas por nervios, dolores de cabeza y jaquecas. Estos efectos fisiológicos, además de ser molestos, pueden aumentar el número de distracciones de los trabajadores, y en algunos casos convertirse en un problema de seguridad y generador de accidentes.

Sin embargo, aunque no lo parezca, es fácil reducir el nivel de ruido de estos locales, aplicando varias medidas preventivas tanto a nivel de diseño, como posteriormente.

Para poder aplicar medidas preventivas es necesario conocer un poco la física del sonido. El sonido no es más que una variación de la presión del aire que se desplaza en forma de onda. Estas ondas, transportan energía y pueden sufrir reflexión. Cada vez que el sonido choca con una superficie lisa, se refleja, perdiendo poca energía, y cuando varias ondas sonoras chocan, pueden sufrir procesos de reverberación, lo que produce ese murmullo tan molesto en ese tipo de locales.



Para evitar estos efectos debemos trabajar en dos líneas, la primera es utilizar en la construcción o el la decoración materiales que no reflejen el ruido, como por ejemplo cortinas de tela, que absorben el sonido evitando su reflexión. Otra medida es la de interponer al sonido obstáculos con pequeñas superficies que absorberán la energía del sonido, dispersándolo en todas direcciones y evitando la reverberación. En definitiva para evitar este ruido molesto, hay que evitar las grandes superficies lisas, como grandes ventanales, o paredes lisas. Además colocaremos cuadros en las paredes, cortinas en ventanas, adornos de techo como lámparas y grandes plantas. Con todo esto seremos capaces de disminuir el nivel de ruido hasta valores razonables, con lo que mejoraremos las condiciones de confort de los trabajadores e incluso podremos hacer que el cliente también se encuentre más a gusto en ese local.



Miguel Angel Portillo Aguirre
Técnico en PRL, Especialista en Higiene Industrial
Auditor de Sistemas de Gestión de la PRL