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Rescatando sentencia de casos algo particulares y relacionados, de alguna manera con la prevención de riesgos laborales, quería comentar una que me ha llamado particularmente la atención por ser la trabajadora de un ente público como es un Ayuntamiento, para la que la accidentada trabajaba como abogada en un ambiente de una altísima sobrecarga de trabajo en un departamento caótico.

Con ello, la noticia jurídica es que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Canarias en una sentencia ha venido a dar la razón a una trabajadora (abogada) de la asesoría legal del Ayuntamiento de Telde (Gran Canaria) que tuvo que ausentarse por incapacidad en varias ocasiones debido a la tensión, a la desorganización y a la sobrecarga de trabajo a la que estaba expuesta en su día a día laboral.

Así, este Tribunal ha considerado probado que las bajas psiquiátricas de esta trabajadora han sido claramente de ámbito laboral y devenidas a consecuencia del caos y estrés imperante en su departamento, y para ello afirma en la Sentencia este TSJ, que los hechos probados "son tan claros, contundentes y reveladores" , y que no dejan lugar a dudas de que los problemas psicológicos tuvieron su origen en el entorno laboral.

Con esta afirmación desestima la tesis de la defensa del Ayuntamiento que afirmaba que el supuesto caos desencadenante de las bajas se trataba de una "mera visión subjetiva de la trabajadora" desvinculada de toda realidad, y por ello, la STC confirma la existencia de un nexo causal entre el mal sobrevenido y el trabajo.

La defensa con un informe de la Seguridad Social alegó que la trabajadora había sufrido patologías psicológicas en el pasado, como trastornos depresivos y alimentarios, por lo que las alteraciones actuales eran de carácter común.

Sin embargo, los magistrados rechazaron este argumento, recordando que esos diagnósticos tuvieron lugar dieciocho años antes de su incorporación laboral al consistorio.

A criterio del Tribunal  no hubo agentes externos al trabajo que causaran el estado depresivo en la letrada, existiendo por lo tanto relación de causalidad, esto es, un nexo causal directo e inequívoco entre el mal sobrevenido y la ejecución del trabajo. 

Quedando en su virtud probado que la accidentada no era capaz de llevar a cabo sus tareas, no por el estado psiquiátrico que arrastraba desde su juventud, sino de manera exclusiva por el contexto laboral en que se encontró durante casi dos años.

En el mismo fallo se recogen los antecedentes.

• Que en los que el departamento jurídico de dicho Ayuntamiento, se encontraba compuesto por dos abogados más la trabajadora, y en el que el mismo departamento no contaba con jefe o director que dictara directrices o instrucciones sobre las tareas.

• Que la letrada llevaba trabajando en la asesoría jurídica municipal desde 2005, pero fue a partir de 2015 que la situación empezó a hacerse insostenible.

• Que en ese año 2015 los letrados decidieron mandar una carta a la alcaldía en el que denunciaban la sobrecarga de trabajo que tenían, lo que se había traducido en un gran desgaste emocional y físico que se manifestaba en problemas de salud, como estrés, angustia, o ansiedad.

• Que en dicha carta hicieron referencia a las sucesivas bajas laborales a las que sometieron todos los empleados del departamento, como prueba del deterioro mental que sufrían.

• Que en febrero de 2016, y ante la ausencia de una respuesta, los empleados volvieron a mandar una carta en la que decían sentirse "desbordados y desamparados", y reiteraron que no podían seguir asumiendo tanto trabajo.

• Que a pesar de todo ello, la administración incrementó las labores a desempeñar por el departamento legal.

• Que el Concejal de Asesoría manifestó en diversos medios de comunicación el gran volumen de trabajo que afrontaba la institución municipal había llevado a que los tres letrados con los que contaba el departamento estuvieran desbordados, resultando materialmente "imposible" atender todos los expedientes.

Con todo lo antedicho, en su Sentencia, el tribunal cree probado que este Caos en el entorno laboral vivido a diario por la trabajadora ha sido la causa y detonante y con ello confirma el vínculo entre el trabajo y las dolencias padecidas.

Hechos así, ponen sin duda de manifiesto la necesidad de tener SPA activos en materia de áreas psicosociales que sean capaces de ir cogiendo el pulso real a estas situaciones.

No puede dejar de llamarme la atención que en ningún momento de la Sentencia se hace referencia a ningún estudio preventivo ni estudios periciales por parte de ninguna área de Prevención de Riesgos Laborales, lo que sin ningún género de dudas habría contribuido no soloa evitar esta situación, sino a aclarar lo sucedido.

Tomas Rosser