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El uso de los equipos de protección individual (EPI) no está exento de riesgos cuando el trabajador/a padece una alergia o ellos mismos son el origen del problema.

Una gran parte de los EPI´s utilizados a diario en los puestos de trabajo (guantes, mascarillas, cascos, calzado, ropa, etc.) pueden generar  alergias dérmicas o respiratorias, siendo estas últimas menos frecuentes. Las dermatitis por contacto, suelen darse con  relativa frecuencia en ocupaciones del sector sanitario, limpieza, construcción o industrial. 

Las alergias más frecuentes y conocidas son las debidas al uso de guantes de látex (entre el 40 y el 70% de los casos), pero otros muchos EPI´s contienen sustancias irritativas y sensibilizantes. La utilización de guantes produce irritación por varias razones. Su uso prolongado lo hace equivalente a trabajar en un medio húmedo debido a la sudoración provocada. El polvo suavizante y otros agentes habituales en los guantes tienen propiedades irritantes. Los agentes sensibilizadores dependerán de los materiales empleados en su fabricación, goma, materias plásticas, cuero, textiles, etc. 


El calzado de seguridad también es causa de reacciones alérgicas aunque con menos frecuencia (entre el 2 y el 10% de los casos). Los alérgenos más habituales son los cromatos, pero también pueden encontrarse otras sustancias como resinas y aditivos del caucho. La sudoración de los pies es un factor de riesgo que favorece de manera importante el paso de las sustancias alergénicas a través de los calcetines a la piel. Aunque con carácter más excepcional, otros EPI como la ropa de trabajo, las mascarillas respiratorias, las gafas de protección y los protectores auditivos, también pueden ser causa de alergias. 

Como medida rápida y eficaz para la anulación de este hecho, sería la eliminación del EPI debido a que no fuera necesario su uso, bien porque se haya eliminado el riesgo que lo hacía necesario o imponiendo medidas de protección colectiva que hagan innecesario su uso, con la dificultad que conlleva estas medidas.

Ante la dificultad no poder evitar el uso del EPI, es aconsejable la sustitución de los mismos por otros libres de agentes irritativos o sensibilizantes. Eligiendo los EPI libres de, al menos, los agentes sensibilizantes más conocidos como metales o sus sales, látex y agentes de vulcanización de la goma, algunos tintes azoicos y resinas. Finalmente caben medidas correctivas como limitar los tiempos de uso, informar y formar sobre el uso correcto de los EPI y medidas de protección de la piel como el lavado con jabones suaves y productos no agresivos.

Mariano Villalón

Técnico Superior PRL

Delegación:

70503 Alcalá de Henares, Madrid