A penas hemos alcanzado el primer cuarto del siglo XXI y prácticamente toda nuestra vida está digitalizada, y es que la constante y continua evolución tecnológica tanto del mundo laboral como de nuestras propias vidas, avanza a un ritmo vertiginoso. Es por esto que, se advierte ese paso de cambio de tradición a vanguardia en los puestos de trabajo y con ello, una gran ventaja a la prevención de riesgos laborales si la encaminamos de manera óptima.
Uno de los enfoques vanguardistas propone la automatización en aquellos puestos de trabajo donde es posible sufrir accidentes y/o enfermedades profesionales relacionada con movimientos repetitivos y trastornos musculoesqueléticos. El propósito de automatización va de la mano con una adaptación sobre los distintos elementos del proceso productivo adecuada y sincronizada; permitiendo que los equipos automatizados sean el eje central entre proceso y trabajador con los resultados deseados.
Estos resultados pretenden maximizar la productividad y minimizar los factores de riesgos que originan la MMC como lo son aspectos del objeto/carga a manipular, condiciones del medio de trabajo, necesidades propias de la actividad que se desempeña, características personales del individuo, movimientos repetitivos de flexión del conjunto mano-muñeca, trabajos que impliquen de manera repetida la pronosupinación del antebrazo o la muñeca, etc.
La correcta implantación trabajo/automatización, reducirá en gran medida los factores y causas que originan las enfermedades profesionales y/o accidentes de trabajo. Para ello, tendremos que trabajar bajo la tecnología, pero sin dejar a un lado la prevención, la evaluación de riesgos identificará la exposición de MMC y Mov. Rep. Los elementos clave de esta parte serán una correcta identificación de riesgos, evaluación de los mismos con la elección de una metodología apropiada y obtención de unas correcciones a aplicar acorde al análisis ejecutado, continuamos con la adopción de soluciones con medidas técnicas y organizativas que restringen dichos riesgos identificados. En el núcleo de estas medidas adoptadas ubicamos la automatización de equipos y procesos productivos que fusionen actividad y trabajador bajo las máximas de la prevención.
La automatización aplicada sobre los distintos procesos de trabajo propone un resultado simple: facilidad y seguridad en el proceso productivo con sentido y sin nuevos riesgos. Nuestra tarea está en hacer ver al empresario que la incorporación de maquinaria no supone un gasto para la empresa sino una inversión a futuro, con la elección de equipos como la manipulación ingrávida de cargas u otra tecnología acondicionada a las necesidades latente.
Todo lo que implique transformación y compromiso, será un paso adelante a la PRL.
Nalu Reyes Beltran