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Se estrecha el cerco a la proliferación de la Legionelosis con la reciente publicación del Real Decreto 487/2022, por el que se establecen los requisitos sanitarios para la prevención y el control de la legionelosis. Importante avance ya que según los últimos estudios España está entre los países de la Unión Europea con incidencia más alta en legionelosis. 

Enfermedad bacteriana que suele presentarse como una neumonía, una infección pulmonar conocida como “enfermedad del legionario” y en otra forma no neumónica, popularmente conocida como “fiebre de Pontiac”. Los casos y brotes son objeto de declaración obligatoria, esto facilita recoger y analizar la información para poder detectar problemas, valorar los cambios en el tiempo y en el espacio y contribuir a la aplicación de medidas preventivas y de control frente a la enfermedad.

De origen ambiental, se transmite mediante aerosoles de agua contaminada con la bacteria de la legionela. De aquí la necesidad de establecer las medidas sanitarias a aplicar en las instalaciones susceptibles de la proliferación y diseminación de legionela que permitan la prevención y el control de la legionelosis.

Lo expuesto en la nueva normativa se aplica a las instalaciones que puedan ser susceptibles de convertirse en focos de exposición a la bacteria y, por tanto, de propagación de la legionelosis ya sea durante su funcionamiento, o cuando se estén realizando pruebas de servicio o mantenimiento. Se aplica a instalaciones en edificios, medios de transporte, instalaciones recreativas, instalaciones urbanas, instalaciones de uso sanitario o terapéutico o cualquier instalación que utilice agua en su funcionamiento y produzca, o pueda producir, aerosoles que supongan un riesgo para la salud. En el anexo I de este Real Decreto podemos encontrar una lista no exhaustiva de instalaciones y equipos como, por ejemplo: torres de refrigeración, humidificadores, sistemas de agua climatizada, equipos de enfriamiento evaporativo.

La responsabilidad principal del cumplimento de las condiciones higiénico-sanitarias corresponde al titular de las instalaciones. También se establecen las responsabilidades de los fabricantes de aparatos y equipos afectados por esta normativa con relación al diseño y materiales utilizados en su fabricación. En el caso de los equipos de refrigeración o los humectadores de uso doméstico deberán incluir las pautas de limpieza y desinfección a tener presentes por los usuarios en las instrucciones de uso y mantenimiento de estos.

Quedan excluidas del ámbito de aplicación las instalaciones ubicadas en edificios dedicados al uso exclusivo de vivienda, siempre y cuando no afecten al ambiente exterior de estos edificios. Ello sin perjuicio de que, ante la sospecha de un riesgo para la salud de la población, la autoridad sanitaria podrá exigir que se adopten las medidas de control que se consideren oportunas

Como principal cambio introducido y punto de partida, se requiere la implantación de un Plan de Prevención y Control de Legionela que recoge la formación de los implicados, un diagnóstico inicial, los procedimientos y programas de trabajo, así como medidas preventivas, todo ello centrado en cuatro principios básicos para minimizar la presencia, proliferación y dispersión de Legionela,

• Garantizar la eliminación o reducción de zonas sucias, el acumulo de suciedad, así como los estancamientos mediante un buen diseño y el mantenimiento de las instalaciones y equipos; 

• Evitar las condiciones que favorecen la supervivencia y multiplicación de Legionela, mediante el control de la temperatura del agua y la desinfección de esta;

•  Minimizar la emisión de aerosoles 

• La aplicación de medidas correctoras efectivas 

Se plantea también, pero como opcional la realización de un Plan Sanitario frente a Legionela, siendo más completo y fundamentado en las recomendaciones sobre planes sanitarios del agua de la Organización Mundial de la Salud, que se basará en el resultado de la evaluación del riesgo de la instalación en función del cual se establecerán sus puntos críticos, las medidas de control y de verificación y, las medidas correctoras correspondientes. Este plan es objeto de una evaluación continua.

En materia de prevención de riesgos laborales se estará a lo dispuesto en la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, así como en el resto de la normativa de desarrollo de la citada ley, en particular, lo establecido en los reales decretos R.D 664/1997 y en el R.D 374/2001, sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo y  la salud y seguridad de los trabajadores contra los riesgos relacionados con los agentes químicos durante el trabajo, respectivamente.

Esta normativa deroga el Real Decreto 865/2003, y entrará en vigor el 2 de enero de 2023.

Carmen Panadero