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Los incendios son situaciones y amenazas muy significativas para la seguridad de las personas y los bienes, por eso es muy importante que todos los centros tienen que contar con una buena protección contra incendios, para minimizar los daños y proteger la vida de las personas.

¿Qué es la protección contra incendios (PCI)? Es el conjunto de equipos y medidas diseñadas, que cuenta cualquier edificio o recinto para proteger o minimizar posibles incendios.

Todos estos elementos que forman la protección contra incendios deben de cumplir con lo establecido en RD 513/2017 de 22 de mayo, por el que se aprueba el Reglamento de instalaciones de protección contra incendios, donde se instauran las normas en relación con el diseño, ejecución, puesta en marcha y mantenimiento de todos los sistemas.

Los objetivos principales de un sistema de protección de incendios son: detectar lo antes posible un incendio; extinguir un incendio o evitar la propagación del fuego, humos y gases tóxicos; facilitar el acceso al equipo de bomberos; proteger la vida de las personas y asegurar su evacuación; proteger al máximo la estructura del edificio y procurar que la actividad del edificio vuelva a la normalidad lo antes posible.

Existen dos tipos de protección contra incendios y cada uno de ellos se encarga de los diferentes tipos de fuego que pueden originarse.

1. Protección activa (PFA): Conjunto de medios, equipos y sistemas instalados para detectar, alertar, controlar y extinguir un incendio de manera rápida y evitar que este se propague. Actúan a través de una intervención automática o humana.

Algunos ejemplos de protecciones activas:

• Formación del personal en la actuación de lucha contra incendios
• Sistemas de detección de humos
• Alarmas de incendios
• Extintores
• Bocas de incendios equipadas (BIEs)
• Rociadores automáticos
• Sistemas de abastecimiento de agua

2. Protección pasiva (PFP): Se centra en el diseño y la construcción de los edificios, para prevenir la propagación del fuego, minimizar los daños producidos por el humo y facilitar la evacuación a las personas. Su función es retrasar la propagación del fuego y evitar que el edificio se dañe, para que las personas puedan salir a zonas más seguras.

Algunos de los ejemplos de protecciones pasivas:

• Instalación de puertas cortafuegos
• Muros y techos resistentes
• Sistemas de compartimentación
• Tratamientos ignífugos
• Puertas salida de emergencia

Contar con los sistemas contra incendios adecuados podrá ayudarnos a combatir con los mismos, disminuir los daños y proteger a las personas de una forma rápida y eficaz.

Laura Moya Sánchez