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La OMS describe la salud mental como: ... “un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

A la vista de esta definición se puede deducir que la salud mental es un equilibrio entre las personas y el medio social que las rodea, de forma que puedan desenvolverse con un cierto bienestar emocional, psíquico y social. La salud mental tiene que ver con la coherencia entre lo que pensamos, sentimos y nuestra forma de actuar. La falta de equilibrio o unidad entre estos tres factores se traduce en sufrimiento, y puede expresarse en forma de depresión, ansiedad, falta de motivación y futuro, entre otras cosas. 

Así como el dolor físico es una indicación de que algo no funciona bien en nuestro organismo, y que debe ser atendido para repararlo o curarlo, el sufrimiento mental es la señal que nos indica que algo no anda bien en nuestro siquismo y, de igual forma, deberíamos atender a esa señal para que no se convierta en un estado emocional permanente. Si no, acabará afectando a nuestra vida cotidiana, nuestras relaciones y hasta a nuestra salud física.

Muchos son los factores que pueden influir en nuestra salud mental, pero sin duda la pandemia de Covid 19 que ha asolado el planeta está teniendo unas consecuencias importantes tanto a nivel personal como social.

En España, y según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en este primer año de pandemia, un 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma, el mayor porcentaje (un 43,7%) por ansiedad y un 35,5% por depresión. Y otro dato significativo es que más del doble de las personas que han acudido a estos servicios de salud mental son mujeres.

Frente a esta situación, el Gobierno actual ha elaborado el Plan de Acción 2021-2024 Salud Mental y Covid 19, que incluye la mejora de la atención a la salud mental, tanto hospitalaria como primaria; el impulso de la Formación Sanitaria Especializada; la sensibilización y la lucha contra la estigmatización; la prevención de las conductas adictivas; la promoción del bienestar emocional, sobre todo entre los jóvenes, y la mejora de la prevención, detección y la atención de la conducta suicida.

A la espera de políticas y planes eficaces en materia de salud mental, es seguro que cada uno puede llevar a cabo actuaciones orientadas a fomentar el bienestar mental propio y de los demás.

 ¿Cómo podemos cuidar nuestra salud mental?

• Mantener un estilo de vida saludable, que incluya una dieta adecuada, hacer ejercicio y mantener contactos sociales con los seres queridos.

• Informarse de los hechos, acudiendo a fuentes fiables, pero limitar el nivel de preocupación reduciendo el tiempo dedicado a ver noticias en los medios de comunicación que generan malestar.

• Promover la espiritualidad, la vida con significado y la sensación de propósito; sentir comunicación con los demás. Poner atención a lo que pensamos y sentimos para poder elegir lo que sea más útil a nuestra vida y crecimiento personal. Agradecer por lo que se tiene y pedir por lo que realmente se necesita.

Blanca Albertos