La Covid 19 ha puesto de relieve ciertas carencias y necesidades en algunos centros residenciales de mayores y dependientes.
Sabemos que la población de edad avanzada y personas con ciertas patologías son las más vulnerables y las que presentan con mayor frecuencia las formas más graves de la enfermedad.
A esto se le une la mayor probabilidad de transmisión del virus en las residencias y centros sociosanitarios, al ser espacios cerrados donde la posibilidad de producirse contactos estrechos entre residentes y trabajadores que les atienden es alta.
En la “nueva normalidad”, será cada Comunidad Autónoma la que coordine con sus residencias de mayores y centros sociosanitarios, los recursos disponibles y las actuaciones a llevar a cabo para proporcionar una atención de calidad.
A casi todos nos preocupa esta gestión de las residencias. Vemos como se empiezan a flexibilizar la vuelta de visitas, tras los meses de aislamiento tan difíciles que hemos pasado. Emocionan las imágenes y se acoge con muchas ganas la iniciativa, pero también genera incertidumbre y la necesidad de saber las estrategias y protocolos de actuación que se llevarán a cabo, y no solo respecto al régimen de visitas.
Las comunidades han publicado sus estrategias, y lo primero que se han planteado es definir los contenidos mínimos de los diferentes procedimientos y protocolos de actuación que estos centros deben implantar. De esta forma se facilita la elaboración de un plan de actuación y sobre todo de un plan realmente específico para cada centro.
Estos protocolos de actuación tienen tres líneas básicas de trabajo:
La prevención con el objetivo de reducir al máximo posible la introducción del virus en la residencia además de evitar y reducir el impacto en caso de que se introdujera.
La detección y notificación precoz de los casos sospechosos de COVID 19 indicando qué medidas preventivas a aplicar y cómo proceder para notificación urgente a las autoridades sanitarias
El control o plan de contingencia que recoger a todas las medidas que la residencia debe tener previstas para poner en marcha de forma inmediata ante el diagnóstico de un caso de COVID 19
A estas tres líneas básicas se entrelazan otras actuaciones específicas importantes a tener en cuenta, el Plan de Prevención de riesgos Laborales, un Plan de Formación de los trabajadores y los Planes Básicos de Higiene.
Los Servicios de Prevención ya desde el inicio de la pandemia colaboramos de forma estrecha con las Autoridades Sanitarias. Ahora estamos llamados a seguir con esta colaboración valorando la exposición al riesgo siguiendo el procedimiento publicado por el ministerio de sanidad para la actuación de los servicios de prevención frente a la exposición al SARS-CoV-2.
Disponer de un Plan de Formación a los trabajadores en cada centro es básico. Hay que formales e informarles sobre las medidas que se van a llevar a cabo en el centro, dar a conocer el plan de contingencia, o cómo actuar en caso de tener síntomas, o detectar síntomas en un compañero o residente, las prácticas de limpieza y desinfección qué deben realizar tanto de manos como de algún material o elemento utilizado…
Por ultimo como elemento transversal encontramos los Planes Básicos de Higiene, me refiero al mantenimiento de las instalaciones respecto al riesgo de Legionela, sistema de control y seguridad alimentaria, mantenimiento de equipos médicos…
Una estrategia global, que tiene en cuenta e intenta aprender de lo ocurrido en los últimos meses, porque tenemos que estar prevenidos y sin poder bajar guardia.
Carmen Panadero