Hoy en día las pequeñas y medianas empresas están interiorizando cada vez más el concepto de la PREVENCIÓN, debido a los procesos de fabricación, elaboración e industrialización cada vez más complejos, pero ¿realmente en las empresas se respira cultura preventiva?
La cultura preventiva actualmente se puede definir como “el conjunto de actitudes y creencias positivas sobre salud, riesgos, accidentes, enfermedades y medidas preventivas, compartidas por los miembros de una empresa”.
Las pequeñas empresas toman la prevención como un concepto hipotético, en el que sólo piensan y se les viene a la mente cuando ocurre un accidente de trabajo, o cuanto se les realiza una inspección. Esto va disminuyendo y más empresas acogen la prevención como un concepto continuo que va desarrollándose de la mano del crecimiento de la empresa. Pero, desafortunadamente, todavía queda mucho trabajo por hacer, para que los empresarios tanto de pequeñas y medianas empresas, inculquen una cultura preventiva a sus trabajadores; no sólo el empresario, sino también los trabajadores, deben reflexionar sobre el entorno de su trabajo. Para llevar a cabo la concienciación de la prevención, tienen que luchar tanto las Administraciones Públicas como los Recursos de prevención, a través de personas cualificadas e interlocutores en materia preventiva.
Muchos empresarios piensan que la prevención es costosa y que determinadas medidas no hacen falta en su empresa. A estos empresarios se les debe explicar que en sus manos está la seguridad en el ámbito laboral de sus trabajadores a cargo, y es una obligación implantar y gestionar una planificación preventiva, para evitar accidentes, y disminuir, entre todos, el índice de siniestralidad, ya que un accidente laboral es más costoso que haber implantado medidas preventivas. De hecho, los beneficios de haber implantado una cultura preventiva se obtienen a corto plazo, debido al ahorro que se obtiene por la reducción de los accidentes laborales, y esto repercute en unas condiciones sociolaborales más favorables, que originan una mayor participación e implicación dentro de la empresa.
Como raíz del problema, encontramos la poca implantación de una cultura preventiva desde las escuelas, universidades etc; y eso no debería ser así, ya que la mayoría de personas tendrán algún trabajo a lo largo de su vida, y se llevaría mucho camino andado si se inculcara, antes de obtener un trabajo, la cultura preventiva.También se hace evidente la poca formación que ofrecen las empresas en materia de prevención, teniendo en cuenta que las primeras personas que deben estar formadas para implantar una cultura preventiva en su empresa son los propios empresarios. En sus manos está que los trabajadores se sientan seguros realizando sus tareas y crear así un ambiente de trabajo seguro.
En conclusión, la cultura preventiva se debe implantar en la empresa y en la sociedad en general, porque implantándola, se mejorarán las condiciones laborales, la reducción de la siniestralidad y poniendo todos nuestro grano de arena llegaremos a crear una cultura preventiva en todos los ámbitos de la sociedad actual. Siempre se está a tiempo de aprender a prevenir, para vivir y trabajar mejor.
Itziar Martínez Rodríguez