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16
May, 2024
Hace unos meses hablaba en otro artículo sobre el estrés y el síndrome de Burnout, ya que, dentro de los riesgos laborales de tipo psicosocial, el estrés, es posiblemente el riesgo de esta tipología más común, identificando como una de sus consecuencias el Síndrome de Burnout. En este artículo pretendo acercarte a un nuevo termino relacionado con los riesgos psicosociales y el estrés laboral, la sisifemia.
En general, necesitamos poner nombre a las cosas para poder darles visibilidad, esto es lo que hacen los doctores José Manuel Vicente y Araceli López-Guillén directores de la Cátedra de Medicina Evaluadora Pericial de la Universidad Católica San Antonio de Murcia. en el artículo publicado en marzo de 2022 “La Sisifemia o el cansancio mental del trabajador incansable: prevención de la de dismorfia de productividad y su alto riesgo psicosocial”.
Acuñan el término sisifemia para definir “un problema de salud a causa del agotamiento psicológico y también físico de un trabajador que se ve expuesto a una carga de trabajo u objetivos muy altos".
Puede ser una situación autoimpuesta por el mismo trabajador, que se exige demasiado, y quiere cumplir con unos objetivos autoimpuestos demasiado altos. O directamente que las demandas de las tareas del puesto son muy altas y ve que no llega a todo a pesar de forzarse con horas extras y llevándose trabajo a casa.
El perfil de la persona que sufre o puede sufrir sisifemia según indican los doctores, es el de una persona muy perfeccionista, excesivamente responsable, de autoexigencia alta, y ambiciosas. Se da con cierta frecuencia en jóvenes, noveles en el puesto, con poca experiencia o que se enfrentan a nuevas responsabilidades por un ascenso.
Suelen presionarse demasiado enfrentándose al trabajo o a ciertas situaciones laborales como si solo tuvieran una oportunidad, como si tuvieran que demostrar sus habilidades y valía constantemente.
Los síntomas identificados son tanto psicológicos como físicos. Viendo como a nivel psicológico predominan los estados de ánimo decaído, ansiedad, apatía, cansancio, insatisfacción, frustración, y a nivel físico se observan dolores musculares, estomacales, cefaleas tensionales, etc.
Otra consecuencia directa que se hace común es que poco a poco van desatendiendo su vida privada, bajan sus relaciones sociales, salen y hablan menos con amigos y dedican menos tiempo a la familia, porque necesitan estar enfocados en el trabajo, pudiendo llegar a obsesionarse.
Una vez identificado el riesgo, podemos trabajar en la prevención y adoptar medidas que ayuden a las personas que, por distintos factores, puedan verse afectados.
A nivel personal, el autoconocimiento es clave, ser conscientes de las características personales propias. De cómo te enfrentas a cualquier desafío que se te pone por delante, por pequeño que sea. ¿Qué recursos personales de afrontamiento tienes más adquiridos o desarrollados? Observa tu nivel de autoexigencia, y tolerancia a la frustración. ¿Con que o quien te comparas para conseguir un objetivo, una meta? Valora sin distorsiones y de forma realista si esos objetivos, y esas metas son alcanzables.
Trabajar la autoestima que con frecuencia se ve mermada por una autoexigencia desmedida. Párate a observar cómo te hablas. ¿Te valoras y reconoces el trabajo realizado? ¿celebras los logros alcanzados por pequeños que sean?, ¿los compartes con amigos y familia? Planifica tu tiempo, valora equilibrar el tiempo de trabajo con el tiempo de ocio, comparte actividades deportivas. E intenta mantener una comunicación abierta dentro y fuera del trabajo.
Directora Territorial Andalucía y Extremadura
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